Eindrücke/Impresiones
Cuarteto Bando, concierto y milonga, 17.01.2009
Grosser Saal, verträumte Einrichtung in dumpfes Licht gehüllt, Kronleuchter und in einer wohldefinierten Ecke…das Quartett. Zumindest ihre Instrumente sind schon da. Es sitzen bereits Zuschauer auf in weisse Stoffe gehüllte Stühle und schauen den ungebremsten Tänzern zu, während die verschiedensten Tangueros und Tangueras vorbeihuschen.
Ich begrüsse erst mal die Organisatoren vom Che Tango und bewundere die vielen feinen Sachen, die sie angerichtet haben. Zwischen Brownies und Küchlein erhebt sich denn auch ein kleiner Stapel CDs. Ziemlich spannende Auswahl an Stücken, aber das Portemonnaie des Radio-Kätzchens ist doch tatsächlich leer. Grosszügigerweise darf ich dann doch wenigstens das Parkett betreten, um den Klängen von Nahem zu lauschen. Die sind es auch wert, gehört zu werden. Von klassischen Stücken bis Piazzolla spielen sie sich recht authentisch durchs Programm. Die Individualität der Musiker fügt sich nahtlos ins Geflecht der verschiedensten Charaktere, ein hübsches Gesamtpaket formend, ein. Wehende Mähnen, fliegende Finger, Musik.
Es herrscht Andrang. Showtanz. Huschen, eilen, viele Figuren, bewundernder Applaus. Auch die Musiker applaudieren (wieso die Tänzer nicht eher die Musiker beklatschen, ist mir ein Rätsel). Aber ihr Applaus kommt noch.
Nach vielen Schweisstropfen, chicharras und tiefen Blicken wollen sie sich mit La Yumba vom begeisterten Tanzpublikum verabschieden, aber der tosende Applaus holt sie noch mehrmals aufs Parkett. Dort, wo später der Bandoneonist ohne Instrument zu sehen sein wird: Zum ersten Mal in meinem Leben, sehe ich einen Bandoneonisten tanzen.
Milonga masquée, 21.02.2009
Ya antes de entrar en el Nouveau Monde se siente en el aire que pasa algo fuera de lo normal. Siluetas que no encajan con el entorno - cementado y visitado por máquinas cuadrúruedas motorizadas - se acercan a la entrada. Cada vez que una de ellas pasa por detrás del cartel blanco luminoso anunciando el evento con letras mayúsculas se puede captar una mirada interesante: plumas, perlas, gorros y caras serias escondiendo alegría previa.
Un hilo de lana roja permite el acceso a una sala pequeña pero acogedora, llena de personajes diluidos en la música ofrecida por Felix, el DJ de la noche. El ambiente de años treinta seduce cada mirada de dentro y de fuera. En el andén, las miradas se pierden nostálgicas en una de las ventanas de la estación de trenes. Fuera, el frío congela, dentro, las telas rozan una contra otra al compás del 2x4.
Un cura se junta a una chica Bond de oro (con pistola inclusive), un chico de tirantes y boina bailando con su semejante, una mujer leopardo se deja acompañar por un vampiro, un motorista baila con una princesa rusa, … Parejas insólitas.
Algo tan fuera de lo común en los tiempos que rondan se debería de poder vivir más a menudo. Poder cambiar de época por algunos instantes inolvidables.
Concierto Silvana Deluigi, 12.03.2009
EL molino. La Mühle Hunziken. Para mucha gente ya basta pronunciar esas palabras para que sus ojos comiencen a brillar. Nadie que haya traspasado el portal de hierro queda inafectado por el ambiente que nutre el molino. En el jardín una hoguera estilizada deja ver a varias estatuas (inkas? mayas? imaginarias?) y a Bart Simpson como noble dama de la fuente. Un hombre-estatua sentado en un banco parece recibir todo visitante. Y después de haber sido sellado, un paraíso detallista se extiende ante los ojos del observador. Madera. Un palco. Detrás: vidrio (de iglesia? Art Nouveau?) y telón granate parisino (préstamo de la ópera). Ellos, expuestos a un mar de sillas repartidas sobre tres pisos. Cada piso un mundo. Con cada planta un nuevo figurín fabuloso que podría caerle encima del coco al artista en escena. Un cerdo coronado sobre Silvana, un Zorro sobre Juanjo. Más arriba un gatazo y Mickey Mouse en eterno equilibrio. Nosotros mismos estamos sentados bajo un cisne sobredimensionado, en el mismo piso donde está la barra llena de muñecos tenebrosos, inquietantes e inquietos, diciéndole sí a todo con la cabeza (psicología sugestiva… -Hm, me apetecerá beber algo? -Sí, sí, sí…). Yo no le digo que no a una crêpe au chocolat justo al lado que devoro contemplando las mil y una leyendas personificadas (en este caso fotografiadas) colgadas de la pared. Aquí hasta se encuentra a Piazzolla :-).
Mágico lugar, música real. Dos sets anunciados por el Müli-Pesche, que quién sabe de dónde habrá sacado todas las figuras de tío vivo parado, las reliquias peliculeras, los paneles publicitarios legendarios, los muñecos enormes (hasta se encuentra al original bernés Polo Hofer clavado en algunas de sus poses) y todo lo que ocupa un sitio en este lugar tan peculiar. Y es que realmente penetramos una isla, una zona mágica donde el encanto es infinito, donde los gramófonos escuchan atentamente, donde el reloj siempre marca las 12 menos 5.
Qué rápido pasó el tiempo…
(Comentario sobre el concierto: programa del 13.03.2009)
Milonga Biel, 15.03.2009
Den Strassenschildern folgend, gelange ich in eine kleine Bieler Gasse und sehe von Weitem schon ein Fenster im obersten Stock eines Hauses, wo sich bewegende Gestalten in unregelmässigen Abständen den Lichtstrahl brechen, der aus diesem Raum in die Nacht fliessen will. Maschinenmuseum Müller. So sieht es auch aus. Alte Maschinerien begleiten den Gang in den zweiten Stock, von dem sich verräterische Klänge lösen und überall hin schweben. Wenn die unzähligen Stufen einmal erklommen sind, wartet eine Überraschung auf: Ein in Licht gehüllter Dach-Saal wo verschiedenfarbige Tupfer im Rhythmus einer Milonga rund um die durch Säulen gehaltene Mitte rauschen. Bekannte Gesichter unter den vielen klopfenden Herzen und gleich werde ich herzlich von Daniela empfangen, die ich eigentlich sehr gerne mit Kurt zusammen interviewen würde… Martin- und aufnahmegerätlos wird’s heute leider nicht sein können. Aber die Loco Tango Leute haben’s schon in sich: Die Stimmung ist faszinierend beruhigend, die Musik ist bestens ausgewählt, sogar die cortinas, was ja eher selten der Fall ist. Wie in einer Luftblase gleitet man durch den Strom des Abends dahin und gelangt an ein lächelndes Ende des Glückes.