¿¿¿Tango…Punk…???
Bien se sabe que cuando una palabra no se entiende hay que recurrir al diccionario, que cuando el diccionario no te ayuda hay que aguzar el oído y escuchar lo que cuenta la gente y que cuando nada ni nadie te puede ayudar hay que atreverse a sufrir una metamorfosis de dinosaurio a homo tecnologicus y sumergirse en una búsqueda internauta.
Es lo que me pasó al verme confrontada a la expresión algo nebulosa Tangopunk. ¿Qué rayos es eso? A primera vista se podría hablar de una palabra un tanto oximórica:
por una parte tenemos el ansia de chocar a la sociedad, de provocarla a través de una actitud rebelde, por otra, el deseo de fundirse en sí mismo, de unirse a una nostalgia profunda; una parte de esta palabra es contra idealista, desilusionista, la otra está desilusionada; se encuentran reacción y expresión sufrida, música torbellino, pulsante, enérgica, y música deslizante, elaborada, pensativa.
Sin embargo la idea de juntar estos dos ideales no es tan paradójica:
el lector de Shakespeare seguro que ya tropezó en la palabra punk que podría ser sustituida por milonga (=prostituta); además estas dos culturas requieren una vestimenta específica; a la hora de encontrar un lema común podrían ponerse de acuerdo: no-future; y, ante todo, son formas intensas de vivir.
No sé lo que nos espera este sábado en el Viento Sur, si un segundo carnaval o una mezcla musical explosiva entre The Clash, Melingo, Sex Pistols y la Fernández Fierro… Pero eso sí: seguro que nos dejaremos sorprender.
Es lo que me pasó al verme confrontada a la expresión algo nebulosa Tangopunk. ¿Qué rayos es eso? A primera vista se podría hablar de una palabra un tanto oximórica:
por una parte tenemos el ansia de chocar a la sociedad, de provocarla a través de una actitud rebelde, por otra, el deseo de fundirse en sí mismo, de unirse a una nostalgia profunda; una parte de esta palabra es contra idealista, desilusionista, la otra está desilusionada; se encuentran reacción y expresión sufrida, música torbellino, pulsante, enérgica, y música deslizante, elaborada, pensativa.
Sin embargo la idea de juntar estos dos ideales no es tan paradójica:
el lector de Shakespeare seguro que ya tropezó en la palabra punk que podría ser sustituida por milonga (=prostituta); además estas dos culturas requieren una vestimenta específica; a la hora de encontrar un lema común podrían ponerse de acuerdo: no-future; y, ante todo, son formas intensas de vivir.
No sé lo que nos espera este sábado en el Viento Sur, si un segundo carnaval o una mezcla musical explosiva entre The Clash, Melingo, Sex Pistols y la Fernández Fierro… Pero eso sí: seguro que nos dejaremos sorprender.